La realidad es que el 2022 no ha comenzado favoreciendo a las expectativas más positivas de los agentes del comercio internacional. Es más, casi podría decirse que lo ha hecho justo al revés. Con buena parte de los puertos marítimos presentando algunos problemas, y otros que acumulan importantes retrasos, no parece que las cosas vayan a dar el giro radical que se esperaba. Pero la cuerda aún se puede tensar mucho más. De hecho, preocupa -y mucho-, China. Allí, la estrategia de confinamientos estrictos para conseguir el status covid-zero permitió que la actividad de las fábricas se mantuviera (con algunas excepciones), durante todo el tiempo de pandemia hasta la fecha. Pero Ómicron y los juegos olímpicos de invierno pueden cambiarlo todo.
La estrategia covid-zero en China y por qué puede impactar notablemente en el comercio internacional
China, a diferencia del resto de países, ha declarado la guerra al virus y se niega a convivir con él. Es parte de lo que ellos llaman estrategia covid-zero. Y la misma implica imponer duros confinamientos en cuanto se detecta un brote, aunque el mismo tenga implicadas a tan solo un centenar de personas.
Sin embargo, con Ómicron, aplicar esa estrategia puede suponer la paralización parcial de la actividad de las fábricas. Y esto sí que tendría grandes repercusiones en el comercio internacional, dado que la mayor parte de productos que se importan desde otros territorios se fabrican en China. La contagiosidad de la variante y el convencimiento del gobierno de querer erradicar el virus pueden poner en jaque a la cadena de suministros en 2022.
Pero hay otra variable que introducíamos en el titular que puede añadir aún más leña al fuego. La celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín podría hacer que el gigante asiático estuviese todavía más dispuesto a imponer medidas más drásticas para garantizar unas olimpiadas libres de virus. Y esto implicaría, al menos si ómicron sigue siendo la variante mayoritaria o se mantiene su alto índice de contagio, que el gigante va a dar prioridad a mantener ese status covid-free, aún si eso implica grandes confinamientos y la paralización de la actividad manufacturera.
Algunos países de Asia y Oceanía ya están sufriendo desabastecimiento debido precisamente a la gran cantidad de bajas que provoca Ómicron. Por el momento, en China no se reportan este tipo de situaciones, pero desde Bloomberg no descartan que ocurra. El puerto de Ningbo, que estaba siendo utilizado en mayor medida de lo habitual por atascos en otros, ha sufrido serios problemas por brotes de covid. De hecho, se tiene constancia también del cierre de fábricas de ropa por idéntico motivo, así como interrupciones que pueden ser cada día más relevantes en el sector de las fábricas de ordenadores en la ciudad cerrada de Xi’an. A esto hay que sumar el cierre de otra ciudad este mismo martes. Y no parece que la tregua esté próxima.
Aunque este 2022 haya comenzado con mal pie para el comercio internacional, todas estas malas noticias no pueden sino servir de aviso para que todos los operadores de comercio internacional tomen medidas que les permitan anticiparse y evitar colapsos o falta de suministros en el futuro más inmediato.