Descarbonización de flotas en la UE: ¿están preparadas las empresas de transporte para los retos de 2025?

La transición ecológica en el transporte por carretera se acelera en Europa. En 2025, las flotas comerciales se enfrentan a un escenario normativo más exigente, con nuevos objetivos climáticos, requisitos tecnológicos y presiones económicas. La Comisión Europea ha lanzado una ambiciosa propuesta de descarbonización que afecta de lleno a las empresas de transporte, y especialmente a las pequeñas y medianas que operan internacionalmente.

¿Qué propone la Comisión Europea para 2025?

La hoja de ruta europea contempla una reducción progresiva de las emisiones de CO₂ de los vehículos pesados nuevos, con el siguiente calendario:

  • 45 % menos de emisiones para 2030
  • 65 % para 2035
  • 90 % para 2040

Para alcanzar estos objetivos, se promueve el uso de vehículos cero emisiones (ZEV) —eléctricos, de hidrógeno o con nuevas tecnologías aún en desarrollo—, así como la implementación de zonas de bajas emisiones, penalizaciones fiscales y la renovación masiva de las flotas.

Además, se prevé que todos los vehículos pesados urbanos (autobuses, camiones de reparto, etc.) vendidos desde 2030 sean de emisiones cero, lo que anticipa un cambio radical en la logística urbana y última milla.

Una transición desigual: ¿están las pymes preparadas?

Aunque los objetivos de sostenibilidad son claros, desde organizaciones como la Unión Europea de Transportistas por Carretera (UETR) —a la que pertenece Fenadismer en España— se alerta de una falta de equilibrio en las políticas actuales.

Los principales desafíos que enfrentan las pymes del transporte internacional son:

  • Coste de adquisición de vehículos cero emisiones, muy por encima del parque actual.
  • Infraestructura de recarga insuficiente, especialmente en rutas internacionales.
  • Falta de incentivos coordinados a nivel europeo.
  • Riesgo de pérdida de competitividad frente a grandes operadores o países con mejor financiación.

Desde UETR se pide a Bruselas una política de descarbonización más inteligente y competitiva, basada en realidades del sector, y no solo en objetivos climáticos. Las pequeñas empresas representan el 95 % del sector y son esenciales para la cadena logística europea.

¿Qué implicaciones tiene para el transporte internacional?

Para empresas que operan rutas internacionales, como muchas de las que colaboran con Iberoforwarders, la descarbonización supone un reto doble:

  1. Adaptarse a normativas variables según el país: no todos aplican las mismas fechas ni requisitos.
  2. Planificar inversiones a largo plazo en un contexto incierto: sin ayudas claras ni seguridad regulatoria, renovar flotas es arriesgado.

Además, algunas infraestructuras clave como corredores verdes o estaciones de recarga rápida para camiones aún están en fase de planificación o desarrollo. Esto limita las opciones reales de adopción masiva de tecnologías limpias.

¿Qué medidas se están valorando?

Entre las propuestas que podrían facilitar la transición destacan:

  • Programas de subvención directa para la compra de vehículos limpios.
  • Reducción de impuestos y tasas para empresas que inviertan en descarbonización.
  • Estímulos para la instalación de infraestructuras de recarga en centros logísticos.
  • Flexibilización de plazos para las empresas más pequeñas.

No se trata solo de sustituir motores, sino de transformar toda la cadena de valor logística, desde la planificación de rutas hasta la gestión energética.

Un camino verde… pero lleno de obstáculos

La descarbonización es una prioridad para Europa, pero su aplicación efectiva debe tener en cuenta las condiciones reales del transporte por carretera. Las empresas no pueden hacer frente a cambios drásticos sin apoyo, financiación ni claridad normativa.

En Iberoforwarders, acompañamos a nuestros clientes en la transición hacia una logística más eficiente y sostenible. Entendemos que el futuro del transporte será verde, pero también debe ser viable, escalable y justo para todos los actores del sector.