El sector logístico en España afronta un escenario desafiante marcado por cambios legislativos, aumento de costes y un preocupante déficit de profesionales.
Nuevas normativas europeas y aumento de costes
Durante un encuentro reciente celebrado en Segovia, se ha puesto de relieve la creciente presión que soportan las empresas de transporte por carretera. La adaptación a la nueva normativa comunitaria —especialmente en materia de sostenibilidad, transparencia empresarial y control de emisiones— conlleva un importante incremento en los costes estructurales.
Medidas como la aplicación de tasas vinculadas a las emisiones de CO₂ o la obligatoriedad de cumplir con directrices ESG implican la necesidad de sistemas de gestión avanzados, auditorías y certificaciones que suponen cargas administrativas y económicas para muchas compañías.
- El cumplimiento de normativas ambientales y de sostenibilidad exige inversiones de decenas de miles de euros al año por empresa.
- Se prevé una subida del precio del combustible, vinculada al nuevo sistema de comercio de emisiones, sin mecanismos de compensación específicos para el transporte por carretera.
- El impacto acumulado puede llegar a superar el millón de euros anuales en el caso de flotas de gran tamaño.
Este contexto regulatorio exige una respuesta ágil por parte del sector y una reflexión sobre los plazos e instrumentos de adaptación disponibles.
El reto de la escasez de profesionales
Otro de los puntos más sensibles para el sector es la falta de conductores profesionales. Se estima que el déficit actual ronda las 30.000 personas, y podría agravarse significativamente en los próximos años si no se toman medidas. La falta de relevo generacional y el envejecimiento de la plantilla dificultan la sostenibilidad del transporte por carretera a medio plazo.
Entre las propuestas planteadas por expertos del sector destacan:
- Facilitar la entrada de personal cualificado procedente de otros países.
- Actualizar el modelo de formación profesional para adaptarlo a la demanda real.
- Incluir esta ocupación en los catálogos de difícil cobertura para favorecer la contratación.
- Fomentar el acceso de jóvenes y mujeres a una profesión estratégica para la movilidad de mercancías.
Actualmente, la edad media del personal conductor ronda los 54 años, lo que subraya la urgencia de actuar.
Posible reducción de la jornada laboral
El debate sobre la reducción de la jornada laboral podría tener implicaciones adicionales para el transporte por carretera. Si finalmente se aprueba una rebaja de horas semanales, las compañías podrían ver limitada su capacidad operativa, especialmente en un sector sujeto a una normativa europea estricta en cuanto a tiempos de conducción y descanso.
Desde el sector se alerta de que esta medida, aplicada solo en España, podría generar una pérdida de competitividad frente a operadores de otros países, con el consiguiente encarecimiento de los costes logísticos y los productos transportados.
Además, se estima que un conductor afectado por este cambio podría recorrer varios miles de kilómetros menos al año, reduciendo la disponibilidad de transporte en un momento de alta demanda.
Un sector estratégico en cifras
Las empresas especializadas en transporte internacional por carretera en España representan una parte esencial de la economía. Muchas de ellas cuentan con décadas de experiencia, operan con flotas de gran capacidad y generan empleo directo en todo el territorio.
Según datos del sector, estas compañías:
- Acumulan más de 30 años de trayectoria de media.
- Operan con flotas que superan los 120 vehículos por empresa.
- Alcanzan una facturación anual que supera los 40 millones de euros.
- Generan más de 25.000 empleos directos en toda España.
Este peso económico y social convierte al transporte por carretera en una pieza clave de la movilidad de mercancías, tanto a nivel nacional como internacional. Por ello, las medidas que se adopten en los próximos meses serán decisivas para garantizar su estabilidad y competitividad.